El yacimiento

Tiermes fue una ciudad celtíbera-romana ubicada en los límites del valle del alto Duero, en la parte oriental de la meseta castellana superior, por encima de 1.200 metros de altitud. Primeramente se constituyó en un oppidum celtibérico y luego como un municipium romano. Fue aliada de Numancia durante las guerras celtibéricas. En la actualidad pertenece al término municipal de Montejo de Tiermes (Soria).

La denominación primigenia fue Termes o Tarmes, cuyo significado indoeuropeo pudiera hacer referencia a su carácter montuoso y agreste, y posiblemente a la cercanía de un río. El término se convierte en Tiermes en la Edad Media.

Está documentado que una denominación que recibió la antigua Termes, según fuentes romanas, fue Termesos (quizás por una ciudad homónima en Asia Menor)aunque si bien fue así de forma bastante temporal. En la Edad Media Tiermes fue apelada como Griza (significa lugar con agujeros, y así se la nombra en el Cantar de mio Cid). En el siglo XVIII los lugareños llamaban a Tiermes con el sobrenombre de Las Cuevas, aunque nunca se perdió la memoria de ser la antigua Termes.

Los primeros datos que se tienen de algunos signos de poblamiento se remontan al Neolítico. En la Edad del Bronce surje el asentamiento denominado Carratiermes, continunado en la I y II Edad del Hierro y ya, con el mundo celtibérico (necrópolis de Carratiermes, oppidum de Termes), se evidencia claramente que la población está establecida de forma permanente.

En época romana esta ciudad, capital del municipium de Termes, contaba con grandes edificios públicos, dos foros, termas, posiblemente un teatro, un acueducto y un desarrollo urbanístico adaptado y modulado ergonómicamente al emplazamiento de piedra arenisca del asentamiento, en una colina con cortados y bosques que la circundaban. La ordenación urbana utilizó las tres terrazas del cerro, sobre todo la intermedia, donde desde la construcción de un primer santuario a mediados del s. I a.C., se ubicarían los edificios más importantes de la ciudad romana.

El momento de mayor esplendor de Termes se sitúa entre los siglos I y II d.C cuando, tras ser adscrita al Convento Jurídico Cluniense (Provincia Hispania Citerior Tarraconensis), comenzó a configurarse la ciudad hispano romana.

La riqueza de Tiermes en época celtibérica y romana procedió posiblemente de la ganadería ovina trashumante y del control de yacimientos de la zona, de hierro y otros minerales.

Al igual que ocurre en el resto peninsular, se conservan pocos restos de época visigoda, destacando las tumbas visigodas del foro y restos decorativos de una posible basílica. Más numerosos son los restos medievales, destacando la necrópolis del río (altomedieval), tumbas de lajas de la ermita (bajomedieval) y la iglesia románica porticada.

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